27 de setembro de 2013

ELECTRIZANTE - FINAL

          Quando la llúvia nos dió una trégua, apesar de la noche mas obscura que ya ví, unos rayos de luz, en contínuo movimiento, me despertaron la atención. Yo me encontrava en el barranco, agarrado a las pequeñas plantas,  cual un mono asustado.  Sentia una mescla de miedo por la obscuridad  de la noche y de soledad.

           Fué en ese momento que grite por socorro. El matero Toniño luego me vió y estirandome su brazo me  colocó a salvo, en una arena limpia y fina.

 -Quedese aqui hasta el nuevo dia, ya lo recogeremos en la mañana. Me dijo y siguió en su búsqueda de los demas hombres.

          Nada tardó para que me durmiera profundamente. La mañana llegó con el revuelo de unas araras que en grupo pasaron bien alto. Senti que me dolia todo el cuerpo, parecia que me llevé una buena paliza a cada centímetro de mi cuerpo.Mi cabeza estava dolida, mi cara, mi ojo y mi boca también estavan hinchadas y doloridas. En cuanto estava hechado todavia, me pasó por la mente que el hombre ya llegó a la Luna y que noosotros, en la Tierra, estávamos sin saber donde nos encontrávamos, sin comida, em médio a la selva, lejos de todos y de todo.

          Me dolia todo el cuerpo, pero hice un gran esfuerzo y me senté, mirando al rededor de mi, entonces ví que havia dormido en un antiguo cementério de índios y seringueros.

           Yo pasé la noche encima de una tumba, por eso la arena limpia y fina. Pues bien, a duras penas me resbalé hasta el canto de la tumba, fué en ese momento que un pajarito bajo a mi lado y cantó, cantó hasta cansarse. Dos lágrimas cayeron de mis ojos, llegaron a la arena y se perdieron.




HUGOALBERTO CUÉLLAR URIZAR

É Cineasta, Jornalista e escritor, é diretor técnico
da Produtora Sudameris em Osasco-SP

sudamerisosasco@hotmail.com

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