18 de agosto de 2013

Electrizante – 1 y 2



        Queridos leitores, a pedido está aqui a versão em espanhol... boa leitura a todos!


        Queridos lectores, aquí es el orden de la versión española ... buena lectura a todos!


   

           La semana pasada les contamos una história real que empezó em Porto Velho, la capital del entonces Território Federal de Rondônia.

       Una avioneta vieja, del tipo  Cesna 170, fué cargada con costales llenos de pan seco. Pensé que habrian ya cargado los demas alimentos, puesto que en la floresta nos esparávam  mas 40 hombres. 

          Bien,  cuando me acomodé al lado del piloto,  cual no fué mi sopresa al ver que la mayor parte de la nave estava ocupada por um animal, um burro, que dormia placenteramente gracias a una inyección de calmante que le havian aplicado minutos antes, pues  en condiciones normales, jamás este animal entraria en um avión.

        Una vista inconmensurable de la enorme  Amazónia veíamos por la ventana de la avioneta. Poco a poco se perdieron en el horizonte la ciudad de Porto Velho y el Rio Madeira, afluente del gran Rio Amazonas.

     Despues de mucho tiempo de vuelo, finalmente divisamos a la derecha um pequeño punto claro, era alli el campo del Rocégo, donde aterrizariamos, y asi lo hicimos.
Cuando el pequeño avión paró en una de las extremidades del campo, vários hombres lo sacaram al burro, que aún dormia.

       El Australiano Dr. Ralph Angel y el Geólogo paraguayo Julián, tomaron lugar  en la avioneta que levantó vuelo rumbo a Porto Velho.
 
            Esperamos que el animal volviese en si para empezar nuestra marcha, en fila índiana, con destino al campamento 2.

           En una curva del caminito que seguiamos, de repente, se levantó, amenazadora, una venenosa víbora, como quien nos impediria seguir adelante.

             Ficamos inmobiles,  mudos, pues sabiamos que al menor movimiento podríamos ser picados por este venenoso réptil.  Fué en esse instante que se oyó el seco ruido de una arma de fuego y vimos volar, a los pedazos, la cabeza de la terrible cobra. Fué el matero Toninho que disparó su arma y le mató a la víbora.

       Caminamos mucho aún y finalmente llegamos al campamento. Allá fuímos recibidos por el cocinero Sr, Chiquiño.

        En la noche, antes de dormir, nos sirvieron ricos y generosos platos de mutún (parecido con el gallo), el resto de los hombres comieron monos  recién capturados. Los hombres hicieron faltar la comida. Quantos monos fueron comidos, no lo sabemos.

            Bien, de barriga llena, todos durmieron, pues al dia siguiente, bien temprano, seguiríamos la caminata hasta el campamento dos, que se situa practicamente cerca de las faldas de la sierra del Paacás Novos, nuestro destino final.


HUGOALBERTO CUÉLLAR URIZAR
É Cineasta, Jornalista e Escritor, é diretor técnico
da Produtora Sudameris em Osasco-SP
sudamerisosasco@hotmail.com

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